La conferencia del lunes 24
de Joaquín Rodríguez “El poder de lo abierto: la transformación de la educación
y de la edición universitaria en la era digital”, aborda un tema fundamental en
la educación y la investigación, sobre todo desde la “era Internet”. Ya no es
necesario esperar semanas, incluso más tiempo, para consultar los
descubrimientos de los compañeros que están investigando los mismos temas de
interés. Y tampoco es necesario que una editorial publique un artículo para que
esté a disposición de los investigadores.
Es fundamental el ciclo del método
científico: refutabilidad y reproducibilidad; para avanzar en el conocimiento
científico es imprescindible conocer los avances rápidamente y seguir
construyendo el conocimiento a partir de su aceptación o refutación.
Por otra parte, es también
imprescindible el reconocimiento del investigador entre sus pares, y aquí es
donde entran en juego las revistas científicas tradicionales y la “tiranía”,
que mucha veces ejercen, con sus precios y sus condiciones de suscripción (ni siquiera
de compra, si la biblioteca se ve obligada a cancelar la suscripción no se
queda con ese material al que solo tenía acceso pero no ha comprado).
Las perversiones del sistema,
como apuntaba Joaquín Rodríguez, ya han salido a la luz varias veces (él citaba
este artículo de TheGuardian: How journals like Nature, Cell and Science are damaging science),
también es verdad que los fallos del sistema en evaluación de revista en Open
Access también han sido denunciadas (mucho que hablar dio el trabajo de John
Bohannon, sobre GoogleScholar).
Las bibliotecas ya llevamos
varios años intentando crear, mantener y promocionar los repositorios
institucionales (en nuestro caso en la Universitat de València, Roderic), la mayoría de las editoriales
permiten que los investigadores que publican en sus revistas dejen una copia
(pre-print o post-print) de sus trabajos en un repositorio universitario,
muchas veces tras un embargo que entorpece la efectividad de este proceso.
Creo, a título personal, que
el avance debe venir desde el autoarchivo en estos repositorios institucionales
o en la publicación directamente en editoriales o plataformas de acceso
abierto, algunas ya existen, funcionan muy bien, tienen mucho prestigio y dan
visibilidad y respetabilidad a los autores que publican en ellas (como PlOS,
ArXiv…). Es un abuso, bajo mi punto de vista, que por publicar un artículo en Open Access en
una editorial, digamos tradicional, el autor o la institución tengan que pagar
cantidades cercanas a 3.000 euros por artículo.
No veo una solución a
corto plazo, cuando escucho a un investigador que publica en abierto utilizando
las distintas licencias que tiene a su disposición para proteger su trabajo y
cuenta su grata experiencia, pienso que muy pronto el monopolio de las
editoriales acabará; por el contrario, cuando escucho a otros investigadores
hablar de sus descubrimientos como algo que solo se puede ver previo pago y con
unas condiciones que compliquen mucho la copia, entiendo su postura, pero también
entiendo que por extensión, se complica la difusión del conocimiento y la
refutabilidad del método científico.
En este artículo de AntonioLafuente se explican los orígenes del movimiento Open Access y su relación
con la filosofía del bien común (o procomún).
Y termino con una anécdota:
"Poco después de un largo proceso de investigación y pruebas clínicas en
1955, la primera vacuna para combatir la polio había sido inyectada a 10
millones de personas en todo el mundo -posiblemente el producto farmacéutico
más importante de la historia. Cuando le preguntaron al investigador porqué no
había obtenido una patente sobre la exitosa vacuna, Jonas Salk respondió:
"Sería como patentar el sol". Unas cuantas décadas más tarde, este
punto de vista parece irrisoriamente pintoresco" (Dove 2002).
Eva Montilla Navas
Muy interesante reflexión Eva, acerca de la conferencia de Joaquín Rodríguez y la diatriba de la publicación en revistas de impacto, Open Acces; apuntarse al Open Knowlegde o vender el sol...;)
ResponderEliminarDiego G. Fabra
Es una anécdota más bonita que realista, pero... el proceso científico sería impensable sin apoyarse en lo que ya se ha descubierto, a partir de los cimientos es posible seguir creciendo ;)
EliminarLa cuestión del acceso abierto a la producción científica creo que debería ser central en el debate sobre la ciencia y el conocimiento en el contexto actual. La inevitable sombre de la crisis acentúa más todavía la necesidad de abordar en profundidad esta cuestión. El conocimiento debería jugar un papel importante en los escenarios futuros. La pena es que da la sensación de que, al menos en nuestro país, este tema no termina de abrirse el hueco que merece. Todavía es habitual escuchar en la mayoría de los departamentos de las universidades comentarios que ubican el Open Access como una cuestión de “tecnohippies” poco apegados a la “realidad”. Por suerte parece que en otros países sí que se está debatiendo la cuestión. Así, por poner sólo un ejemplo, en el Reino Unido, la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes ha abordado este tema, especialmente en el marco de la preocupación por las repercusiones económicas que una decisión u otra en relación a la política sobre el Open Access podría tener. Dejo en enlace de una diputada del parlamento escocés en el que refiere este debate e introduce alguna reflexión interesante. ¡Enhorabuena por el post!
ResponderEliminarhttp://blogs.lse.ac.uk/impactofsocialsciences/2013/09/12/annmckechinopenaccess/