domingo, 30 de marzo de 2014

¿Ponerle puertas al campo?


Una de las reticencias que se plantean en el debate sobre los MOOC es si estos suponen una nueva forma de aprendizaje o si se trata del uso de nuevos medios comunicativos pero con lógicas, digamos, tradicionales. La cuestión no es intrascendente, puesto que en el caso de encontrarnos en el segundo de los supuestos existe un claro riesgo de desperdiciar (¡una vez más!) una oportunidad para renovar las dinámicas de transmisión y construcción del conocimiento. Utilizando un ejemplo bastante reciente, este segundo supuesto es como si el libro electrónico, un formato capaz de albergar videos, enlaces, etc., se utilizara únicamente como un nuevo estándar de texto, una especie de pdf al que podemos modificar algún parámetro (tamaño y tipo de letra). Es necesario explorar el potencial pedagógico de los MOOC, puesto que este tipo de cursos constituyen una herramienta vital de cara a democratizar la educación superior y permitir crear sinergias con actores que no necesariamente deben estar físicamente en los territorios donde están las instituciones educativas. No obstante, es imprescindible que estos actores sean sujetos activos del proceso formativo. Parafraseando a Nietzsche, no podemos estar pensando en crear solo con seguidores, hacen falta creadores y creadoras. Pero para ello hay que crear las condiciones.
Desde MOOC-Explorer se plantea una tipología que distingue entre cMOOC y xMOOC, los que ahora se habla todos los días: "El cMOOC es conectivista: el organizador (¿podemos realmente hablando profesor?) del "curso" (¿podemos realmente hablar de curso?) desarrolla una estructura cohesiva del material educativo, pero no muestra un camino claro para los participantes, esperando que estos la sigan linealmente". Por su parte, el xMOOC "basado en un modelo de pedagogía instructivista, que es lo que hemos conocido durante siglos: la enseñanza directa por una persona experta (el profesor o profesora) en relación con un currículo (el plan de estudios) y teniendo como meta el aprendizaje de conocimientos específicos". Cada uno los tipos de MOOC tendría, evidentemente, limitaciones y ventajas. Así, aunque los cMOOC serían más difíciles de implantar en áreas como las matemáticas y la física, sus resultados estarían vinculados con un tipo de aprendizaje mucho más sólido que el aprendizaje mecánico de contenidos. En el otro extremo, los xMOOC, facilitan la articulación de cursos realmente masivos, aunque principalmente basados en la adquisición de contenidos.
La cuestión que creo que es fundamental es si los MOOC han de ser vistos, en aras a ser "masivos", como una forma de hacer llegar on line los cursos tradicionales o si, por el contrario, deberíamos repensar el formato y, como se dice en lenguaje alpinista, pensar los MOOC como una "ventana de buen tiempo" que hay que aprovechar para redefinir algunos conceptos y prácticas. Personalmente estoy por esta segunda opción. Y aprovecho esta breve reflexión para compartir una duda: tal vez una cuestión interesante sería pensar la palabra "masivo". Creo que deberíamos alejarnos de la cuestión numérica, cuantitativa, y pensar en términos más cualitativos. Quizá en lugar de en cursos masivos, deberíamos ponderar la posibilidad de cursos diversos: cursos que permitan trayectorias formativas diversas, que no tengan el aula como referencia, sino el inmenso espacio que se abre a través de las pantallas de ordenadores y tabletas, ese aleph borgiano al que no sería deseable ponerle demasiadas puertas.

1 comentario:

  1. Me parece muy interesante esta reflexión, para mí lo más importante tampoco es el número de personas que pueden acceder a un curso, es más interesante destacar, por una parte, quién puede acceder (personas desde distintas partes del mundo con mucho o poco en común con el resto de alumnos) y la posibilidad de explorar más opciones que las que nos proporciona un aula cerrada.
    El mundo hipertextual tiene la "magia" que nos permite empezar a buscar sobre un tema e ir tirando de un hilo y después otro y acabar encontrando información interesantísima que no esperábamos y de un tema totalmente distinto al primero (todo este proceso tiene su parte positiva y su parte negativa, perdernos en la inmensidad de la información).
    Bajo mi punto de vista es mejor perderse por exceso de información que quedarnos sin saber más...

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